Ester Ariza
Líder de Transformación de Airfal
A estas alturas todos deberíamos estar de acuerdo en que la digitalización no es una opción sino una necesidad.
Cuando nos planteamos nuestro primer Plan de Digitalización, creíamos que íbamos a mejorar procesos a través de la implementación de herramientas digitales, pero esta no era la transformación digital que realmente perseguíamos. En inglés disponen de dos términos que diferencian estas dos actuaciones de forma clara: digitization VS digitalisation.
Comenzamos investigando fuentes disponibles para guiar el análisis profundo de la organización. En este inicio descubrimos métricas e indicadores de digitalización que ni siquiera entendíamos bien y pensábamos que jamás serían aplicables a nuestra organización. Sorprendentemente hoy forman parte de nuestro día a día.
Al desgranar la empresa tomando como base lo que se consideraba una Industria 4.0 emprendimos un reto apasionante en el que toda la organización estaba implicada.
Para nosotros la transformación digital ha supuesto cambiar el Modelo de Negocio, pasando de ser fabricantes de luminarias a proveedores de soluciones y servicios tecnológicos a través de la iluminación. Esta transformación disruptiva ha sido liderada desde la Dirección apoyándose en un equipo involucrado y motivado. Las personas son las que pueden conseguir este cambio, y para ello ha sido fundamental introducir nuevos perfiles y una intensa actividad para adaptar los existentes a través de la formación y la participación constante.
Llevábamos muchos años con el valor de “transformación” como parte importante de nuestra cultura y esto ha facilitado alcanzar hitos como conseguir que una persona que llevaba 20 años montando luminarias hoy sea capaz de configurar nuestro sistema de inteligencia ATENEA – tanto en cloud como presencialmente- en cualquier instalación.
Los cambios suelen generar rechazo en las personas, pero si diseñamos un fin claro, objetivos que alcanzar con los que se identifican, hoja de ruta y unos productos/servicios con encaje en el mercado, la situación cambia y todo ello se convierte en motor.
Siendo una fábrica pequeña hemos conseguido cosas más propias de grandes empresas o start ups: ecosistema digital, sistema de inteligencia propio, plataformas donde compartimos información con aliados, fábrica digital, experiencia de cliente, incluir la Inteligencia Artificial en nuestra propuesta de valor y… por encima de todo, nuestro propósito: dar soluciones con pasión para mejorar el mundo. Ahora podemos llevar a cabo nuestra misión: crear soluciones sostenibles en entornos ATEX haciendo de ello una experiencia inolvidable. Ayudamos a conseguir mejoras muy sustanciales en las instalaciones industriales que impactan en la huella de carbono e indicadores de seguridad (Safety) fundamentales en entornos potencialmente explosivos.
Nuestra implicación en la inclusión socio laboral de personas con discapacidad intelectual y su encaje en el nuevo Modelo ha sido uno de los mayores desafíos a los que nos hemos enfrentado. Actualmente nos ayudan a conseguir “productos neutros” para completar nuestra propuesta de valor.
Hoy la tecnología nos es intrínseca y por tanto seguiremos transformándonos a su ritmo en el futuro y moldeándonos en base a las oportunidades que nos vaya brindando. Ya no será percibida como transformación digital sino como evolución y mejora propias de nuestras actividades.
Nuestra moraleja de esta aventura tan ligada a la excelencia: ¡digitalízate y renace!